Las autoridades cubanas anunciaron este jueves la muerte de un segundo bombero que estaba hospitalizado con graves quemaduras provocadas por el incendio “bajo control” que se desató hoy en un depósito de petróleo hace seis días.

Otros catorce bomberos están desaparecidos, la mayoría desde la madrugada del sábado, cuando una explosión el viernes incendió un primer tanque, que fue alcanzado por un rayo.

“Un paciente que se encontraba en estado extremadamente crítico (…) murió anoche”, dijo el ministro de Salud, José Angel Portal, en la cuenta de Twitter de la Presidencia.

Este bombero de 24 años es la segunda víctima oficial del gigantesco incendio “controlado y en vías de ser sofocado” tras la muerte este sábado de otro bombero de 60 años.

“En 48 horas deben darse las condiciones para ingresar al lugar del incendio y recuperar los cuerpos de los desaparecidos”, dijo el Cuerpo de Bomberos de Cuba a través de la cuenta de Twitter de la Presidencia.

“En las imágenes de radar, el humo del incendio está disminuyendo”, dijo la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Elba Rosa Pérez, citada por la presidencia.

Según ella, “el monitoreo de la calidad del aire confirma que la contaminación del aire ha disminuido” y “no hay confirmación de que las personas hayan sido envenenadas por los humos liberados”.

El incendio en el depósito petrolero de Matanzas, el mayor de Cuba, 100 kilómetros al este de La Habana, dejó 130 heridos, 22 de los cuales continúan hospitalizados, según un reporte reciente.

Se quemaron cuatro tanques, que pueden contener hasta 52 millones de litros de petróleo crudo o combustible para calefacción.

Cuba recibió ayuda de México y Venezuela, que enviaron equipos y especialistas contra incendios petroleros.

Es probable que la pérdida de esos millones de galones de combustible, que son estratégicos para alimentar las centrales termoeléctricas del país, exacerbe la ya tensa situación de suministro eléctrico de la isla.