“Estoy tan agradecido”, dijo Timothy Shaddock mientras descendía del barco atunero Maria Delia, cuello de barba blanca, cabello rubio desgreñado y descolorido, ojos azules, rasgos hundidos pero sonriente.

Los medios australianos anunciaron el lunes que habían localizado al hombre de 50 años a bordo de su catamarán Aloha Toa.

El australiano se encontraba “a más de 1.200 millas náuticas (unos 2.200 km) de tierra”, dijo en un comunicado la empresa pesquera Grupomar, que lo rescató.

“Estoy vivo”, vitoreó, como si apenas pudiera creerlo. “No pensé que lo lograría, sobre todo con la llegada del huracán”, que es común en el Pacífico en esta época del año.

“Pero ya estoy bien”, aseguró a los periodistas que lo esperaban en un muelle del puerto de Manzanillo, en el oeste de México.

El náufrago rindió homenaje a su perrita, Bella, a quien un periodista de la AFP divisó a bordo del pesquero.

– “El cansancio es lo más difícil” –

“Solo estoy agradecido de que esté viva. Es mucho más valiente que yo… es increíble”, dijo.

Bella lo siguió a bordo de su catamarán ya que el marinero había intentado varias veces encontrarle una familia adoptiva, dijo.

Tim Shaddock y Bella habían salido de la ciudad costera de La Paz, México, en abril, con la intención de viajar unos 6.000 km antes de echar el ancla en la Polinesia Francesa.

Pero el mar embravecido rápidamente dañó el catamarán y paralizó los dispositivos electrónicos.

“Lo peor es el cansancio”, prosiguió sobre su viaje solitario en alta mar. “Traté de encontrar la felicidad en lo más profundo de mí”.

“Mi salud se ha deteriorado a veces. Tenía mucha hambre”, explicó. “Pesqué mucho”.

“Cuando llega el momento de la verdad, tienes que sobrevivir”, explicó Pacific Robinson. “Y cuando eres salvo, quieres vivir”.

“Quiero ver a mis amigos y familiares”, dijo, usando una boina con el logo de la empresa propietaria del pesquero mexicano.

“La vida es bella y teníamos la responsabilidad de salvar la vida de un humano y del perrito que lo acompañaba”, dijo Antonio Suárez, presidente de la empresa Grupomar.

“Tenemos un servicio médico a bordo de nuestros barcos”, agregó, claramente complacido con el esfuerzo de comunicación. “Cayó en buenas manos”.

La embarcación que rescató al náufrago es la más pequeña y antigua de la flota de Grupomar, dijo. Probablemente fue su última excursión en el mar.

Timothy Shaddock tiene 51 años según medios australianos, 54 años según la empresa pesquera.

“Me gusta estar solo en el mar”, confesó. “Probablemente no”, hasta el punto de volver a zarpar de inmediato, dice.