“Educación sí, perversión no”, “el Ministerio de Educación promueve el terrorismo”, intentan “inocular el virus del comunismo” a los niños. Estas reacciones variadas pero todas virulentas fueron causadas por Libros de texto: los que la mayoría de los niños mexicanos, desde primaria hasta secundaria, vienen utilizando desde el inicio del año escolar a finales de agosto. Son, a su vez, obra de un padre de familia de un estudiante de Guadalajara (centro-oeste de México), quien se manifestó con un cartel en la mano: de un editor del periódico económico El Financiero y presentador estrella del informativo de TV Azteca, uno de los dos actores dominantes de la televisión mexicano.
El 20 de agosto, cien libros escolares también fueron quemados por padres de estudiantes de una comunidad indígena de Chiapas (sur del país), durante ocho gobernadores estatales había anunciado a la Corte Suprema de la nación una semana antes su intención de no distribuirlos suspende su distribución en dos estados del norte (Coahuila y Chihuahua) por razones procesales.
“Transformación social” versus “ideología de género”
Pero, ¿qué podrían contener estas páginas para provocar tal clamor? Diseñado como parte del Proyecto denominado “Nueva Escuela Mexicana” (NEM)usado por el presidente de izquierda Andrés Manuel López Obrador (“AMLO”), estos libros de texto son el resultado de un supuesto cambio de paradigma destinado a poner fin a la educación “neoliberal”, en la terminología de Andrés Manuel López Obrador y su gobierno. El NEM está particularmente influenciado por las enseñanzas del fallecido educador brasileño Paulo Freire, para quien elCapacitación debe permitir a las clases dominadas adquirir conocimientos emancipadores para cambiar sus condiciones de vida.
En este contexto, los libros escolares ya no son sólo herramientas para…
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