En México, con una población de 130 millones, hasta ahora solo ha habido 164 casos de coronavirus y una muerte. Aparte del cierre de las escuelas el viernes 20 de marzo, el gobierno aún no ha impuesto ninguna medida radical para contener el contagio. Y el presidente Andrés Manuel López Obrador hace gala de una ligereza que hace sospechar.
El presidente mexicano ya fue criticado el fin de semana pasado por bañar a multitudes y seguir abrazando a la gente durante sus visitas por todo el país. Ahora afirma tener un escudo protector contra el coronavirus. El miércoles 18 de marzo, durante su conferencia de prensa diaria a las 7 a.m., López Obrador presentó en tono ligero ante las cámaras su colección de talismanes, comenzando por dos imágenes religiosas que siempre lleva consigo.
Mi escudo es una imagen religiosa que dice: “¡Detente enemigo, el Corazón de Jesús está conmigo!” Me protege. Y verás, también tengo un billete de dos dólares que me regaló un migrante.
Andrés Manuel López Obrador, presidente mexicano
Por supuesto, el presidente fue ampliamente criticado por su comportamiento, que fue considerado fantasioso. El jueves, López Obrador lamentó que hubiera tanto revuelo por sus amuletos, solo quería mostrar lo que le ofrecían los mexicanos y aprovechó para lucir otro fetiche de su colección, un trébol de seis hojas.
Sin medidas drásticas contra el coronavirus
Al contrario de lo que vemos en otros países latinoamericanos, los mexicanos aún no han cambiado su forma de vida. La frontera con Estados Unidos sigue abierta pero pronto podría cerrarse. Los filtros sanitarios en los aeropuertos mexicanos se consideran laxos, aunque las autoridades cuestionan la efectividad de controles más estrictos. Pero poco a poco vamos viendo una creciente conciencia entre los mexicanos: algunos comercios empiezan a cerrar, las escuelas permanecerán cerradas a partir del viernes 20 de marzo. Y el gobierno, con la participación del ejército, presentó una estrategia de emergencia para desplegar recursos sanitarios en el país. De hecho, si el virus se propaga masivamente, el sistema de salud mexicano podría verse rápidamente abrumado. Sin embargo, el país no dispone de los medios para realizar pruebas a gran escala y detectar la enfermedad de forma más eficaz.
Los mexicanos estaban preocupados por el inminente toque de queda
Se está extendiendo en la sociedad la idea de que tales medidas pronto serán necesarias, pero la mayoría de los mexicanos no se atreven a pensar en ello debido a la complejidad de las condiciones laborales. Más de la mitad de la población activa trabaja en la economía informal, es decir, en pequeños negocios que venden comida en la calle, por ejemplo, y estas personas apenas ganan lo suficiente para sobrevivir a diario. Por tanto, no se puede contar con un salario y menos aún con la seguridad social. Según las autoridades, aún es demasiado pronto para tomar medidas que inevitablemente agotarán a los mexicanos.
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