CIUDAD JUÁREZ | La situación es crítica en la frontera México-Texas, donde se aglomeran miles de migrantes que intentan por todos los medios cruzar a Estados Unidos y algunos a Canadá.
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“Ya casi lo logro, después solo me queda cruzar un país”, vaticina lleno de emoción el venezolano Luis Quijada, que sueña con vivir con nosotros y aprender francés. “Si no logro pasar legalmente antes del 11 de mayo, encontraré otra manera”, dijo con firmeza.
El tiempo corre para él, al igual que para una multitud de solicitantes de asilo hacinados en campamentos y albergues improvisados en la ciudad mexicana de Ciudad Juárez, unos 35.000 a finales de abril.
Este jueves vence una restricción de emergencia llamada Título 42, que ha permitido que los migrantes sean deportados a México de manera expedita desde que comenzó la pandemia.
Después de eso, las autoridades recurren más a menudo a una ley muy estricta sobre la entrada ilegal, que conduce a una prohibición de entrada de 5 años.
Varios de los encargados del pastor Arturo Ochoa han abandonado precipitadamente su albergue en los últimos días por temor a que los cambios políticos puedan agravar su situación.
“Tengo la impresión de que cada vez están más desesperados. Toman decisiones precipitadas, se niegan a esperar”, comenta consternado el hombre que cuida a una treintena de solicitantes de asilo en la iglesia La Plenitud de Ciudad Juárez.
soldados de refuerzo
El final del Título 42 ya se retrasó dos veces el año pasado, cada vez que resultó en oleadas erráticas de registros.
Esta vez, la administración Biden decidió enviar 1.500 efectivos para ayudar en el sector entre El Paso y Ciudad Juárez, el más transitado de la frontera.
Más de 265.000 personas han pasado desde octubre, a pesar de los intentos de Estados Unidos por detenerlos.
La frontera entre las dos ciudades no tiene nada que ver con las millas de campo y la falta de vigilancia que Quebec comparte con los Estados Unidos. Menos aún cuando el pequeño camino de tierra de Roxham está bloqueado por un bloque de hormigón.
Los 100 m más peligrosos
Aquí, los migrantes de todas las edades se enfrentan a las aguas sucias del Río Grande, filas de alambre de púas, una frontera militarizada y el infame muro de acero de 30 pies de altura que separa dos ciudades importantes.
“Llegan aquí regocijados porque están a solo 100 metros de la frontera, sin darse cuenta de que son los 100 metros más difíciles de todo su recorrido”, dice el muralista y activista mexicano Jorge “Yorch” Pérez.
Pero para muchos migrantes, que ya han dado todo para llegar a la frontera, este obstáculo es solo un obstáculo más en el camino hacia una vida mejor.
“Solo quiero encontrar un lugar tranquilo y poder ayudar a mi familia en Haití”, suspira Venir, de 22 años, que escuchaba a Garou a todo volumen en su habitación durante nuestra estancia en un refugio improvisado.
En colaboración con Itzel Aguilera
Título 42 próximamente
-Permite a Estados Unidos deportar migrantes a México bajo el pretexto de la salud pública sin recibir su solicitud de asilo
– Establecido por la administración Trump durante la pandemia
-Se ha utilizado más de 2,7 millones de veces desde 2020
– Vence el 11 de mayo a las 23:59
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