Los bienes básicos como alimentos, agua y atención médica dependen de la ayuda humanitaria internacional. Está claro que esto está siendo financiado cada vez menos por donantes internacionales. Como explica Médicos Sin Fronteras, la financiación del llamamiento de las Naciones Unidas que coordina la ayuda humanitaria en los campos viene disminuyendo desde hace dos años: el 70% en 2021, el 60% en 2022, hasta ahora el 30% en 2023. En la primavera de 2023, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) hizo recortes presupuestarios drásticos; es probable que el impacto en la salud de los refugiados sea dramático en los próximos meses sin apoyo adicional. En marzo, las raciones de alimentos aumentaron del equivalente de 12 dólares mensuales por persona a 10 dólares, y luego a sólo 8 dólares en junio.
Las condiciones de vida antihigiénicas dificultan el trabajo de los trabajadores de ayuda humanitaria y la situación sanitaria. El año pasado, Médicos Sin Fronteras descubrió que los casos de dengue se habían multiplicado por diez en comparación con el año anterior. El cólera golpeó a principios de este año. Las acciones registraron su mayor aumento semanal desde la afluencia en 2017. El 40% de las personas que viven en campamentos padecen sarna, según una encuesta presentada en mayo por la Coordinación del Sector Sanitario. A modo de comparación, la Organización Mundial de la Salud recomienda la administración masiva de medicamentos cuando se alcanza el umbral del 10 por ciento.
Están las enfermedades que vemos y las demás. Samira Loulidi, jefa de operaciones de MSF en la región, cree que los pacientes que sufren de depresión o psicosis severa o moderada no necesariamente se atreven a acudir a centros médicos. “La inseguridad, la reducción de las raciones de alimentos, la falta de trabajo, de perspectivas y de visiones de futuro hacen que se pierda la esperanza. Mucha gente nos dice que su situación es insoportable.“Y para agregar:”Solo tratamos a un pequeño porcentaje de pacientes porque dudan en buscar tratamiento. Esta es sólo la punta visible del iceberg.“
El número de pacientes que acuden a la clínica ambulatoria del “hospital de la colina” creado por Médicos Sin Fronteras aumentó un 50% en 2022.
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