Ahí está el digno heredero de Tony Chapron, y es mexicano. Fernando Hernández Gómez, árbitro del partido que cuenta para la fase final la liga mexicana y ante el América frente al León (2-2), se distinguió por darle un rodillazo -discreto pero no suficiente- a un jugador, mientras el ambiente entre ambos equipos se caldeaba.
Rebobinamos. En el minuto 64, el árbitro mostró tarjeta amarilla a un defensa del León. Su compañero argentino Lucas Romero llegó como refuerzo y protestó como un cerdo en la boca del árbitro, quien, rodeado de jugadores, acabó perdiendo los estribos.
El árbitro mexicano fue suspendido por doce partidos “por comportamiento violento contra un jugador”, dijo el comité disciplinario tras los incidentes. Pero él no fue el único. Romero también fue sancionado con dos partidos por protestar demasiado violentamente después de que el colombiano Stiven Barreiro recibiera una tarjeta amarilla.
Los entrenadores argentinos de ambos equipos, Fernando Ortiz del América y Nicolás Larcamón del León, también fueron sancionados con dos partidos por “conducta violenta”. El entrenador del León incluso tenía la camiseta rota.
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