En Nuevo México, la reunión más grande da la bienvenida a la resistencia de las Primeras Naciones

El Encuentro de Naciones está ubicado al pie de las Montañas Sandia, una imponente cadena de color ocre y desértica que domina la ciudad de Albuquerque, Nuevo México. Abrió sus puertas durante dos días (del 27 al 29 de abril). Decenas de miles de personas durante un evento extravagante y festivo que celebra la identidad indígena.

Un gran día para Seneca Marlin, que desde pequeña soñaba con asistir al encuentro. Para la ocasión, el joven de 25 años lució su atuendo formal (que insignias) y recuerda a la vestimenta tradicional de su tribu, los Lakotas. “Estoy aquí para representar a mi pueblo y conocer a mi extensa familia de las Primeras Naciones”, dice, con los ojos brillantes. Cada bailarín porta el estilo de su comunidad, cuyos colores y símbolos ceremoniales se transmiten de generación en generación. Allá insignias Es una verdadera segunda piel que valoramos”.

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Mario Escajeda

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