“Mis otros dos hijos también tienen nombres de futbolista”

AFP

Brasil: Los sueños de los migrantes venezolanos afectados por el ciclón

Ani Aponte huyó de la crisis económica de Venezuela hace cuatro años en busca de una vida tranquila y un empleo estable. Pero el futuro es incierto después de que un ciclón destruyera la fábrica donde trabajaba en el sur de Brasil. Esta joven de 34 años curte cuero en Muçum, la ciudad más afectada por la catástrofe que dejó medio centenar de muertos y otros tantos desaparecidos la semana pasada en el estado de Rio Grande do Sul. La curtiduría no se salvó de las inundaciones, que convirtieron el centro de la localidad, de unos 4.600 habitantes, en un campo de escombros. Las máquinas fueron arrastradas por la corriente, para gran desesperación de unos 500 empleados. “Nuestra fábrica está bajo el agua y ya no sabemos qué hacer”, dijo a AFPTV Ani Aponte, cuyo marido también trabajaba en la curtiduría. La casa Vivían en las colinas que dominan la ciudad y no se vieron afectadas por las inundaciones, pero la pareja, que vive en Muçum con su hijo de tres años, ahora se encuentra sin ingresos. Parte de su salario también lo enviaban a Venezuela, donde vivían y su hijo mayor, de 12 años, se quedaba con sus abuelos. Después de que Ani Aponte y su esposo Yeiferson abandonaran su país de origen en 2019, encontraron trabajo en Rio Grande do Sul, el cuarto estado más grande de Brasil, y se establecieron en Muçum hace dos años. “Nos adoptaron como si fuéramos de aquí”, admite. Y aunque el trabajo en la curtiduría era difícil, aseguró un ingreso estable para su familia. – Un regreso impensable – Desde que el ciclón azotó Muçum, Ani Aponte trabaja como voluntaria en una iglesia, clasificando ropa para las más de 150.000 personas afectadas por las inundaciones en este estado del sur. “Primero ayudaremos (a la región) a recuperarse y luego veremos qué podemos hacer”. “Explica. Su familia acoge a otros dos venezolanos que tuvieron que salir de su casa con el agua hasta las rodillas. Una de las personas que la saludó fue Aura García, de 57 años, quien dijo estar feliz en Muçum a pesar de que “trabajó duro” en la curtiduría. No hay comida, ni medicinas, ni trabajo. Nada”, se queja este ex peluquero que cruzó la frontera hace cinco años. Según Naciones Unidas, más de 7 millones de venezolanos han abandonado su país, cuyo PIB se contrajo un 80% entre 2013 y 2023. Más de 400.000 de ellos viven en Brasil. Aunque hayan perdido su empleo, los venezolanos de Muçum no piensan en regresar a su tierra natal. “No volveré a Venezuela mientras (el presidente Nicolás Maduro) esté en el poder, ni siquiera en sueños”. “Tenemos que enterrarme aquí en Brasil”, dice Aura García.str-rsr/app/lg/tmo/ lpt

Herminia Vences

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