Alarma de correo del 3 de septiembre de 2023

Aunque Arcachon, con su bahía paradisíaca y ligeramente elevada que se extiende al sur de Burdeos, en la costa oeste, nunca fue considerada un campo de rugby (ni en Francia ni en ningún otro lugar), esta ciudad de poco más de 10.000 habitantes todavía tiene su propio club, el Rugby Club. Cuenca de Arcachón (RCBA). Un club modesto, al menos para los estándares franceses.

Allí se encuentra la habitual pista de atletismo, una tribuna y un casa club. También hay una crepería, un bar y una zona de barbacoa en el recinto del estadio Bassin d’Arcachon. Este domingo por la tarde, la galería está a todo trapo. Entre dos trenes de Gauloises, los espectadores se excitan y enronquecen, de modo que la cerveza en sus vasos ondula como el cercano Atlántico.

Todos se saben de memoria el himno del club. Tras la gran actuación de los aspirantes al telón, comienza la banda de música. Por supuesto, el club visitante también acudió con su grupo de tambores.

Según las clasificaciones y las predicciones, el Auch debería ganar de manera significativa. Pero en realidad nunca sucede como lo imaginamos en Francia. El caos reina en el descanso, como en la victoria de Saint-Jean-de-Luz sobre Anglet una semana antes en la misma liga. El público está alborotado por todos lados, y en este caso, independientemente del resultado de la pelea, el árbitro siempre es el que se equivoca.

Al final, frente a nada menos que 1.000 personas, todas hipnotizadas por las hazañas de sus héroes locales, los inadaptados locales triunfan sobre sus eminentes visitantes bajo un suave sol primaveral.

La vitalidad del rugby francés

Arcachon, que juega en la Nationale 2, la cuarta división del rugby francés, está entrenado por Simon Mannix (ex jugador de Gloucester). [dans le sud-ouest de l’Angleterre] y Pau) y cuenta con quince jugadores profesionales en sus filas. En comparación, el rugby inglés parece estar en malas condiciones: los clubes de élite se han visto muy afectados, la segunda división apenas funciona y la copa amateur está en un nivel desastroso. Ver esto hace que sea más fácil entender por qué tantos internacionales ingleses siguen intentando la aventura a través del Canal, a veces con éxito.

Apenas 21 kilómetros pueden separar cultural, política y socialmente a Inglaterra de Francia, son mundos aparte con modos de vida muy diferentes y eso se refleja en todo lo que estos países están construyendo a nivel deportivo, particularmente en el rugby.

Lo que observamos en Arcachon es típicamente francés y no sería realista intentar reproducirlo de forma idéntica en Inglaterra. El problema del campeonato inglés de rugby (premiership) es que la primera reacción de los aficionados, entrenadores y directivos es siempre decir que el rugby inglés inspirado en sus primos del otro lado del Canal no podría funcionar.

De hecho, muchos factores específicamente “franceses” jugarían un papel importante en el éxito de este deporte en Francia: consideraciones geográficas que le permiten estar orgulloso de sus pequeños lugares y una inclinación por la belleza.

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Felipe Dieguez

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